Con el cambio de estación, algunas personas parecen experimentar cansancio y una sensación de apatía. Se trata de la astenia primaveral. ¿Qué es y cómo podemos combatirla?
¿Qué es la astenia primaveral?
El termino astenia hace referencia simplemente al cansancio. Cuando éste coincide con el cambio de estación, hablamos de astenia primaveral o, en su caso, astenia otoñal. Este síndrome se puede acompañar de síntomas como tristeza, apatía, debilidad, malestar general, dolor de cabeza o cambios de humor. Normalmente estos síntomas son pasajeros, por lo que, en el caso de extenderse más allá de dos semanas, podríamos encontrarnos con otras afecciones con síntomas comunes.
La astenia primaveral no es más que el cansancio asociado al cambio de estación.
El organismo tiene unos ritmos en sus funciones que se ajusta a unas 24 horas: son los llamados ritmos circadianos. El cambio de estación, debido a cambios en la temperatura ambiental y en las horas de luz, puede alterar estos ritmos. Más todavía en las semanas posteriores al cambio al horario de verano, donde se produce un desajuste entre el reloj y lo que está acostumbrado nuestro organismo, y que podemos tardar dos semanas en reajustar.
La calidad del sueño puede verse afectada, lo cual se relacionaría de forma muy directa con los síntomas de la astenia. Y no podemos olvidar que es en esta época del año cuando mayor es la incidencia de las alergias al polen de diferentes plantas, lo que también puede afectar de forma negativa a nuestra vitalidad.
Los buenos hábitos, sobre todo de descanso, son fundamentales.
¿Qué podemos hacer?
Para lograr superar el cambio de hora y la primavera con éxito, cobra más importancia el consejo de seguir un estilo de vida saludable. La higiene en nuestros hábitos cotidianos puede ayudarnos. Dormir suficiente, en calidad y cantidad, con horarios regulares; hacer ejercicio de forma regular y con cierta intensidad; y consultar al médico si se toma fármacos para la alergia que pueden producir somnolencia; además, por supuesto, de una buena alimentación.
Una dieta personalizada puede ayudarnos a combatir el cansancio.
¿Alimentación para la astenia?
La actividad diaria que seguimos va a marcar nuestras necesidades de energía y de nutrientes. Si no tomamos al menos tantas calorías como gastamos, podemos encontrarnos con un mayor riesgo de fatiga y mayor dificultad para la recuperación. Además, se ha comprobado que algunos nutrientes pueden ayudar a mejorar el bienestar.
Un estudio ha encontrado que la vitamina D y los ácidos grasos omega-3 ayudan a regular los niveles de serotonina en el cerebro. La vitamina D activa la transformación del triptófano, un aminoácido esencial, en serotonina. Por otro lado, los ácidos grasos omega-3 (los llamados EPA y DHA) aumentarían respectivamente la liberación y la absorción de serotonina en el cerebro.
La vitamina D puede obtenerse de la dieta o de la exposición al sol a partir de la activación en la piel por la radiación solar. La deficiencia de vitamina D es bastante común, al igual que la deficiencia de ácidos grasos omega-3. Una de las causas es el bajo consumo de pescado, rico en ambas sustancias.
Por otro lado, no todos tenemos las mismas necesidades de vitaminas. Nuestra genética marca la mayor o menor eficacia al absorber o utilizar las vitaminas o nutrientes contenidas en la dieta (es el campo de estudio de la nutrigenética). Por ejemplo, hay personas con una baja capacidad de absorber la vitamina D contenida en suplementos. Con respecto a los ácidos grasos omega-3, algunas personas no son eficientes a la hora de transformar los omega-3 presentes en las plantas y necesitan más pescado en la dieta o suplementación.
Vitaminas como la B3 (niacina) y B6 (piridoxina) ayudan a regular y mejorar la producción de serotonina, un neurotransmisor relacionado con el bienestar. El metabolismo de estas vitaminas también está sujeto a diferencias genéticas.
En resumen: hábitos saludables y una dieta personalizada pueden ayudarnos a superar con éxito los síntoma asociados a la astenia primaveral.
