Ponerse a dieta – una mala idea

Ponerse a dieta, mala idea

Tras las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, llega una etapa en la que muchas personas deciden intentar cambiar sus hábitos. Aumentan las inscripciones algimnasio, y decidimos “ponernos a dieta”. Veamos por qué esto es mala idea.

Enero es época de nuevos buenos propósitos. Desde hacer ejercicio, dejar de fumar o beber, y hasta comer mejor. La barrera psicológica que marca el nuevo año y cierto remordimiento por los excesos tras las navidades pueden inducir a querer abordar cambios.

Esto de por sí no parecería negativo. Sin embargo, en muchas ocasiones nos encontramos que estas buenas intenciones quedan en eso. Muchas veces, por no tener la motivación correcta, y otras, por elegir una mala estrategia para conseguir nuestro objetivo.

Guiarse solo por el peso o la estética no es la mejor motivación.

Salud frente a estética

A todos nos gusta vernos bien delante del espejo. La aceptación de nuestro propio cuerpo forma parte de nuestra autoestima. Sin embargo, cuando la estética prima por encima de la salud, no es difícil que renunciemos a nuestro objetivo antes de tiempo. Una vez perdidos esos “kilos de más” con los que no nos sentimos cómodos, poco a poco abandonaremos la dieta elegida, y llegará muy probablemente el consabido rebote. Todo hasta la “operación bikini”. Y así, una y otra vez.

No cabe duda que no es la mejor estrategia para mantener una buena salud. Ganar y perder peso (el consabido yo-yo) no es la mejor forma de mantener un estilo de vida saludable. Si a esto unimos las dietas que suelen llevarse a cabo, nos encontramos con un cóctel nada deseable.

La dieta de…

Internet lo hace todo más fácil. Desde comprar cualquier producto, hasta incluso ponerse a dieta. Basta con poner en Google “dieta” y automáticamente obtenemos resultados como la dieta de la piña, de la alcachofa, depurativa o “détox”, por mencionar algunas.

Todo este tipo de dietas basadas en un solo alimento, muy restrictivas, o en ciertas preparaciones o productos, no son recomendables. Aunque a corto plazo podrían resultar en pérdida de peso, al reducir obviamente la ingesta calórica, a largo plazo pueden ser perjudiciales para la salud.

Mejorar la salud debe ser nuestro objetivo principal.

En primer lugar, este tipo de dietas van a resultar en carencias nutricionales, como la falta de algunas vitaminas y minerales. Esto puede derivar en estados carenciales con consecuencias para la salud, especialmente si tenemos necesidades aumentadas de algunas vitaminas debido a nuestra genética personal.

Por otra parte, el consabido rebote es inevitable, ya que llevar una dieta tan restrictiva es a medio o largo plazo, imposible de mantener. Frente al resultado fácil y rápido nos vamos a encontrar con la recuperación del peso perdido, o incluso ganancia por encima del que teníamos (algo no solo frustrante, sino indeseable desde el punto de vista de la salud).

Cambio de hábitos

Ante este panorama, cabe preguntarse si realmente merece la pena poner la salud en peligro. Debemos reflexionar y valorar realmente cuçales son nuestras prioridades. ¿Es el problema la navidad, o realmente vengo arrastrando sobrepeso desde hace años?¿Es la primera vez que lo intento, o ya es la enésima dieta que comienzo?¿Es solo la estética importante, o además la salud?

La pregunta a estas respuestas suele ser bastante obvia. Ni es un problema reciente, ni es la primera dieta que intentamos; y en el fondo sabemos que lo que realmente importa es la salud. Es, por tanto, el momento de plantear un verdadero cambio en nuestros hábitos, no solo en la alimentación, para conseguir estar bien.

El cambio de hábitos es clave para estar bien a largo plazo.

No hace falta recurrir a dietas restrictivas o poco saludables. En definitiva, llevar una dieta sana no es tan complicado. Pero muy probablemente sea recomendable el consejo de un profesional, como el dietista-nutricionista, quien, en base a nuestros gustos, preferencias, necesidades, estilo de vida, salud actual y objetivos, plantee un patrón nutricional personalizado, sencillo y apetecible. El objetivo debe ser adquirir los conocimientos y herramientas que nos permitan llevar una dieta saludable durante toda la vida. La educación nutricional es fundamental para el cambio de hábitos.

Si además complementamos este cambio con otros, en esferas como el ejercicio, el descanso, o el bienestar personal, probablemente nos encontremos en el buen camino para que este año que ahora comienza termine con nuestro mejor yo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.