La alimentación es muy importante en todas las etapas de la vida, pero junto con infancia, adolescencia y embarazo, la tercera edad es otro momento en el que hay que prestar especial atención. Son varios los factores que pueden afectar al estado nutricional del anciano, y que juegan en su contra.
Con el paso de los años, vamos envejeciendo. Esto es algo que la ciencia todavía no ha podido evitar, aunque se van dando pequeños pasos para retrasarlo. Gracias a los avances en Sanidad, la esperanza de vida media ha aumentado, y se va a acercando a esa potencial esperanza de vida máxima que se sitúa hipotéticamente cerca de los 120 años.
Llegar a una edad avanzada y con una buena calidad de vida es algo a lo que todos aspiramos. Las elecciones y decisiones cotidianas van sumando o restando cantidad y calidad a nuestro saldo de años. Hábitos como evitar el sedentarismo combatiéndolo con ejercicio regular, dormir en cantidad y calidad adecuadas, evitar el tabaco y el alcohol, y, por supuesto, una alimentación adecuada son vitales. Gracias a ellos, vamos a reducir esas pequeñas agresiones que nos envejecen poco a poco, no solo por fuera, sino por dentro.
Estrés en las células
Como hemos señalado, los malos hábitos van acumulando pequeñas agresiones que no solo se notan en el exterior (es un hecho comprobado que los fumadores tienen un mayor deterioro de la piel), sino también en el interior. No cuidar nuestro estilo de vida puede provocar un aumento del estrés oxidativo.
Los buenos hábitos retrasan el envejecimiento no solo exterior, sino también interior.
Los radicales libres son sustancias que se generan normalmente en el organismo, debido al consumo de oxígeno para producir energía a partir de los alimentos. El cuerpo tiene sus mecanismos de defensa para evitar que estas sustancias tan reactivas, puedan provocar daño acumulativo en las células. Estos sistemas de defensa tienen por cierto una diferente eficacia en distintas personas en función de su genética.
Alargando los telómeros
El descubrimiento de los telómeros supuso una revolución para la comprensión de por qué envejecemos. Estos telómeros, a través de los cromosomas, marcan el reloj para las células. Se sabe que cuidar el estilo de vida alarga estos telómeros, y que lo contrario los acorta. Cuando estos telómeros alcanzan una longitud crítica, se produce la apoptosis, o lo que se denomina muerte celular.
Una dieta saludable puede retrasar el acortamiento de los telómeros.
El estrés oxidativo también juega un papel en la longitud de los telómeros. Se sabe que una dieta rica en antioxidantes, tanto vitaminas como las A, E o C, y en polifenoles y otras sustancias de origen vegetal, puede reducir el estrés oxidativo y, con ello, mantener los telómeros en buenas condiciones durante más tiempo .
Peleando a la contra
Los hábitos durante toda la vida, incluyendo la nutrición, van a ser, por tanto, fundamentales para alcanzar la vejez en las mejores condiciones. Pero, una vez en ella, también es importante seguir cuidando la alimentación. Varios factores juegan en contra y pueden reducir la cantidad de nutrientes, incluyendo vitaminas, que están disponibles para el anciano.
También con la edad van apareciendo los achaques de distinto tipo y aumenta la medicación. Se sabe que fármacos como los antiácidos pueden reducir la disponibilidad de vitaminas como la B12. Otros, como algunos antidepresivos, pueden reducir la disponibilidad de folatos. Es lo que se denomina interacciones fármaco-nutriente. Por lo general, y especialmente en personas polimedicadas, la disponibilidad de algunas vitaminas se va a ver reducida.
Cuidar la nutrición en el anciano, clave para una salud óptima.
Otros factores que pueden afectar al estado nutricional del mayor son las dificultades en la masticación, que pueden reducir la disponibilidad de vitaminas al no poder triturar bien el alimento, o limitar la variedad de la dieta al excluir aquellos que les resulta incómodo comer. Las limitaciones a la hora de cocinar o de hacer la compra también pueden reducir el tipo de alimentos al alcance de los mayores, y desembocar, por tanto, en carencias nutricionales.
Nutrición personalizada
Es, por tanto, muy importante cuidar la alimentación del mayor, que debe ser personalizada: adaptada a sus gustos, sus necesidades, sus capacidades, su economía y también su genética, para optimizar la cantidad de nutrientes claves para mantener una buena salud. Esto es posible gracias a un test genético como GoGood VITAL.
No hay píldora mágica ni elixir de la eterna juventud: solo cuidarnos día a día, para poder llegar a una avanzada edad en el mejor estado posible. Ejemplos como el de Ernestine Shepherd son buena muestra de constancia y tesón, y de que nunca es tarde para empezar a cuidarse.