¿Por qué hacerse un test genético para la dieta?

Los test genéticos para personalizar la dieta son una tendencia al alza, pero surgen dudas alrededor de su utilidad. ¿Realmente pueden mejorar mi dieta? ¿y mi salud? Te aclaramos estas dudas en esta entrada de nuestro blog.

Los test genéticos dirigidos al usuario final, han llegado para quedarse. Su desarrollo se ha acelerado en la última década gracias a los avances en la tecnología que permiten secuenciar el ADN de forma rápida y precisa, y a los descubrimientos que se producen con cada vez mayor frecuencia, en la relación del ADN con la salud.

Por otra parte, y como te comentábamos en esta entrada del blog, también surgen dudas acerca de si estos test son realmente fiables y pueden ser de utilidad. ¿Qué información pueden darnos?

¿Qué determina un test genético?

En primer lugar, hay que aclarar qué información nos facilita un test genético. El objetivo de estos test encontrar ciertas variaciones en algunas partes de nuestro ADN, que se relacionan con diferencias en la respuesta a un estímulo externo. En este caso, ese estímulo sería la alimentación.

Dependiendo de nuestra genética, nuestra salud puede variar en respuesta a unos alimentos u otros: por ejemplo, algunas personas van a controlar mejor sus niveles de triglicéridos si incluyen en su dieta cantidades más elevadas de ácidos grasos omega-3 de cadena larga (DHA y EPA). Por otro lado, vamos también a tener unas mayores o menores necesidades de algunos nutrientes, porque nuestro metabolismo es distinto. Un ejemplo serían de nuevo los ácidos grasos omega-3 de cadena larga (DHA y EPA) donde en función del gen FADS1, podemos obtenerlos a partir de los omega-3 vegetales con mayor o menor eficacia, alterando las necesidades en la dieta de estos nutrientes.

¿Para qué sirve esta información?

Dentro de los test genéticos para la dieta, se analizan multitud de variantes del ADN, que van a afectar de forma combinada a cómo respondemos o cuanta cantidad de nutrientes necesitamos. Toda esta información es compleja, y debe ser traducida en un lenguaje entendible por el usuario. Si bien se incluirán las variantes genéticas (conocidas como SNPs o polimorfismos de nucleótido simple) como información, es importante, que el usuario reciba información práctica. ¿Debo comer más pescado? ¿me va mejor una dieta baja en grasas o baja en carbohidratos para controlar el peso? ¿necesito tomar más frutas y verduras para mejorar mi ingesta de antioxidantes? Estas son las preguntas que debe responder el test.

Aun así, es de gran relevancia también que se pueda contar con el asesoramiento de un profesional de la nutrición. Con la información que ofrece un test genético, como pueden ser GoGood Vital o GoGood Diet, el dietista – nutricionista puede proponer un plan dietético personalizado, que se adapte no solo a la genética individual, sino también a los gustos, preferencias, aversiones, estilo de vida, trabajo o práctica deportiva del paciente. A esto hay que añadir la presencia de intolerancias al gluten, lactosa o fructosa, que también pueden ser determinadas gracias a un test.

El acceso a un profesional es uno de los aspectos clave que puede marcar la utilidad del test. De nada nos sirven páginas y páginas de información, si no somos capaces de aplicarla en el día a día. Lo que está claro, es que los test genéticos para dieta pueden ayudarnos a mejorar la salud.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.