Ponerse a dieta en enero: ¿una mala idea?

Enero, ese mes de las buenas intenciones: ponerse a dieta, apuntarse al gimnasio… pero puede que tal vez, no sea la mejor idea. Más que intentar perder peso de forma acelerada, tal vez deberíamos plantearnos si lo que tenemos que hacer son cambios permanentes en nuestro estilo de vida. Las dietas, no funcionan.

Tras los excesos de la navidad, llega el remordimiento. Que los pantalones que antes nos iban bien aprieten, nos plantea el dilema de ir a las rebajas o de ponernos a dieta. Y si hacemos lo segundo, por la vía rápida. Normalmente recurriendo además a una de tantas dietas: la de la piña, de la alcachofa, la détox. ¿Por qué hay tantas diferentes? Porque probablemente, ninguna funciona. Y es que el problema es el propio concepto de dieta: restringir temporalmente la ingesta de alimentos para perder peso a corto plazo.

Las dietas, por definición, están abocadas al fracaso.

Lo más probable es que tras la pérdida de peso, aparezca el temido efecto rebote, con la recuperación de los kilos perdidos. El motivo: que este tipo de dietas, normalmente muy restrictivas, son muy difíciles de seguir a largo plazo.

Cambiar hábitos, el verdadero reto 

Para perder kilos, se pueden seguir diferentes caminos. Pero lo crucial es conseguir una estrategia que se adapte a nuestras necesidades: motivación, trabajo, familia, gustos y preferencias, estilo de vida, nivel de actividad física, tiempo disponible, o incluso nuestra genética personal, además del estado de salud.

Ponerse a dieta puede ser un riesgo para la salud.

Este es el motivo por el que las dietas de revista, dietas de fotocopia, o dietas genéricas que podemos encontrar en diferentes fuentes, probablemente no tengan por qué funcionar. Ni siquiera porque a alguien conocido le haya ido bien, significa que tenga que hacerlo para nosotros. Lo ideal sería acudir a un profesional como el dietista-nutricionista, que elabore un plan personalizado. Y que nos ayude no a perder peso temporalmente, sino a cambiar nuestros hábitos, y dentro de nuestras preferencias y necesidades, aprender a comer bien y gestionar de forma autónoma y para siempre, nuestra alimentación.

Perder peso de forma segura 

Visto lo anterior, lo más probable es que recurrir a la dieta de moda en cada momento, no nos ayude a perder peso. Pero, además, podemos estar poniendo en riesgo nuestra salud. Cierto tipo de dietas pueden suponer un problema en algunas etapas de la vida (embarazo, adolescencia, edad avanzada) si padecemos alguna enfermedad, o tomamos medicación. Y pueden derivar en carencias nutricionales, especialmente si no tienen en cuenta nuestras necesidades personalizadas.

No debemos además olvidar que no solo la alimentación es responsable de nuestro peso corporal: el ejercicio, esa otra buena intención de comienzos de año, es también clave. De nuevo, no se trata de apuntarse al gimnasio para luego no ir, sino de encontrar una actividad que nos guste, nos motive, nos permita socializar si es lo que queremos, y que podamos compatibilizar con nuestra vida diaria. Esto, junto con evitar tóxicos como tabaco o alcohol, y asegurar un buen descanso, puede ser un cóctel de nuevos hábitos que debemos plantearnos.

El consejo profesional es muy recomendable para perder peso de forma segura.

No podemos hacer todo a la vez. Pero si en primer lugar somos conscientes de que debemos cambiar cosas, vamos paso a paso, y planificamos cuidadosamente estos nuevos hábitos de forma que seamos capaces de incorporarlos en nuestro día a día, conseguiremos el éxito. No iremos tan rápido, pero llegaremos más lejos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.